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Carrito

Escribo este texto desde mi micro despacho junto a unos amplios ventanales que me permiten ver el cruce de dos calles principales de Madrid. Todo está tranquilo, es día de fiesta, a primera hora y hay poca gente por la calle. Aparentemente, nada distingue este día de lo que podría haber sido un domingo cualquiera, hace diez años.

The Valley me ha pedido un post para su blog y para encontrar un contenido interesante, me pongo por un momento unas metafóricas gafas de ver “en digital”. ¿Qué tan real es eso del impacto de lo digital?, ¿tan omnipresente es? E inmediatamente, mis supuestas gafas me van regalando contenido, que comparto contigo:

  • Llega un camión del ayuntamiento a recoger cartón. ¿Por qué hoy y a esta hora? Resulta que los nuevos contenedores de basura tienen un sensor que mide el nivel de carga, de forma que la recogida ocurre justo cuando toca, ni antes ni después, optimizando tanto el recorrido del camión como la disponibilidad de espacio para los ciudadanos.
  • Junto a los contenedores, cuatro motos de Acciona y dos de Movo, servicios de movilidad compartida, esperan pacientemente. No tarda mucho en llegar un hombre de mediana edad, que activa una moto con su app con dos o tres clicks.
  • Frente a mí, un edificio de oficinas está siendo completamente remozado. No sólo van a mejorar materiales, confort y accesibilidad. El muro de vidrio que están instalando generará electricidad mediante paneles solares transparentes. Y además, el vidrio adapta su color para dejar pasar la luz en el grado que convenga, optimizando el gasto eléctrico. Mejores edificios para trabajar mejor.
  • Junto al edificio que se reforma, la sede de una conocida empresa de construcción y servicios. Leí sobre ellos que ya no tienen ojeadores en los países en los que operan. Por “ojeadores” me refiero a personas físicas que, en los distintos mercados, se van enterando de las oportunidades de negocio, las nuevas obras e iniciativas que van a lanzar gobiernos nacionales y locales para poder entrar pronto en la pelea por las contratas. Los han sustituido por software que detecta esas mismas noticias, peinando infinidad de fuentes y medios. Al fin y al cabo, una gran obra siempre genera polémica y contenido sobre la misma desde que es una mera idea, por lo que el software acaba siendo más eficiente en su detección que los propios ojeadores. Detectar negocio en el extranjero nunca fue tan fácil y tan eficiente.

Todo eso, mirando por la ventana…

¿De dónde llega el impacto de la digitalización en la empresa?

La digitalización en la empresa llega de cuatro maneras:

  1. Creando nuevos modelos de negocio
  2. Facilitando nuevas formas de relacionarnos con los clientes
  3. Haciendo eficaces procesos productivos y de gestión
  4. Generando oportunidades mediante la explotación masiva de información que quizás antes no teníamos o que no sabíamos explotar.

No se trata más que de una evolución paulatina. No hay que asustarse ante la palabra “disrupción”. Como dice Christensen en “El dilema del innovador”, la disrupción no es más que una innovación que crea un nueva cadena de valor. A veces, esto provoca que actores que previamente dominan el sector acaben desapareciendo, pero no necesariamente. Ser disruptor no es más que ponerse esas gafas de mirar en digital, y aplicar nueva tecnología para innovar y generar más valor por la vía de nuevos ingresos, o por la eficientización.

¿Qué puedes hacer desde tu empresa, desde tu posición?

Lo primero, parar. Quizás, una mañana de domingo sin la presión de emails, llamadas y videoconferencias, parar, calarte las gafas digitales… y mirar al futuro. ¿Qué verás dentro de 5-10 años a través de los ventanales de tu casa o de tu compañía? ¿Verás ancianos paseando con robots que les harán compañía? ¿Drones transportando paquetes o personas? ¿Cruces de calles sin semáforos porque los coches se hablarán entre sí y detectarán a las personas?

Pues con ese poco de imaginación, multiplicado por un bastante de trabajo y un mucho de coraje intelectual, seguro que te surgen líneas y vectores de desarrollo sobre los que ir evolucionando, poco a poco.

Si acaso, para terminar, un consejo: las buenas ideas son aquellas que hacen la vida más fácil a la gente. De la misma manera que recoger cartón, coger una moto en la calle, trabajar en un edificio inteligente o detectar oportunidades de negocio en el extranjero es más fácil hoy que hace diez años, tus clientes están deseando que les hagas la vida más fácil. Sin más.

Autor: Guillermo Rius, profesor del programa conjunto de The Valley y CEOE, Profesional Digital.

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