El mundo se está transformando y con él la forma de comunicarnos, aprender, hacer negocios, trabajar y sitios donde se desarrolla el mundo del trabajo. La idea de Coworking ha ido ganando terreno en el escenario laboral. Hoy por hoy, se lo considera un espacio abierto a la conexión donde se fomenta la colaboración, creatividad, talento y comunicación.
Inevitablemente en esta forma de desarrollarnos nacen objetivos compartidos, metas o intereses en común, fomentándonos el sentimiento de pertenencia. “Somos parte de un mismo espacio social”.
Existen grandes beneficios que se potencian en el día a día de ese compartir:
• La creatividad aumenta gracias al intercambio de ideas.
• El objetivo alcanzado es más potente si se refuerza entre varios talentos.
• La eficiencia y productividad se incrementan cuando cada integrante focaliza sobre sus habilidades y se construye un trabajo compartido.
• El trabajo en equipo y compartido disminuye la carga de trabajo y responsabilidad que recae sobre un solo trabajador, generando de esta forma una reducción en el nivel de estrés.
• Al mezclarse y complementarse los talentos de cada individuo, se generan nuevas posibilidades de negocio que solos no conseguirían emprender.
La forma de “atacar” a los mercados se produce de una manera más sinérgica. Empoderando a las personas que operan como unidad.
Al operar dentro de una unidad, las carencias personales de cada uno de los integrantes, llámense individuos o empresas, pueden verse afectadas potenciando las habilidades. Enriqueciéndose del conocimiento de un otro y encontrando en el grupo aquella parte que le sirve como complemento a esta escasez, falta de conocimiento o habilidad para poder alcanzar un objetivo.
De esta forma sus habilidades se enriquecen generándoles un aporte cotidiano, una motivación, que lleva al trabajador, además de sentir un sentimiento de pertenencia, a que sienta que , en esta transferencia de talento constante, se enriquece y por ende genere una retención en los mismos. Quedándose y prolongándose, en el tiempo, su estadía dentro de este Ecosistema. Podríamos hablar entonces de la fidelización del trabajador como una de las consecuencias de este modo de trabajo.
El trabajador encuentra dentro de este ecosistema un respaldo, un sostén, una contención donde además de poder ir evolucionando de forma equilibrada, sirve como un proveedor. Donde la reputación de los empleadores y/o empresas vaya cobrando un grado de excelencia generando, en los mismos, un sentimiento e interés por pertenecer a este tipo de empresas.
Sinergia que no sólo empodera y define sino que también es un arma letal para defenderse de cada obstáculo que se presenta en el desarrollo personal y empresarial con convicción y habilidades.
He de aquí la decisión de considerar el coworking como un espacio óptimo para potenciar la comunicación, consolidación y expansión de aspectos personales y negocios en el mundo actual que los atraviesa.
Autora: Gabriela Díaz, Office Executive en The Valley