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Carrito

A pesar de que el término inteligencia artificial fuera acuñado por primera vez en 1956 por John McCarthy, es cierto que la cuestión de construir máquinas capaces de emular el comportamiento humano ya había sido objeto de múltiples discusiones científicas y escritos de ciencia ficción.

Hoy, más de sesenta años después y casi sin darnos cuenta, estamos viviendo una revolución tecnológica en la que la inteligencia artificial empieza a ser una realidad, incluso el propio término es un reclamo para vender más teléfonos móviles, electrodomésticos o vehículos. En nuestro día a día ya los coches autónomos, los televisores o los asistentes por voz están tomando decisiones por nosotros para hacernos la vida más cómoda. Se trata, según algunos científicos, de parte de la denominada cuarta revolución industrial en la que las tecnologías digitales, físicas y biológicas convergerán para dar lugar a un nuevo orden productivo, económico, político y social.

Tanto si nos lo creemos como si no, la realidad es que la adopción de la inteligencia artificial ya es una realidad. Según Gartner en su encuesta a CIOs de empresas globales en 2019, el 40% de los encuestados afirmaban haber desplegado ya algún tipo de solución tecnológica basada en inteligencia artificial en sus organizaciones y un 48% restante lo harán a lo largo de 2020 o hasta finales de 2019.

¿Qué es en realidad la inteligencia artificial?

En este punto, ¿qué es en realidad la inteligencia artificial de la que hablan la mayoría de los CIO?. Si vemos la definición de inteligencia de la Real Academia de la Lengua Española, esta dice:

  1. Inteligencia
    1. f. Capacidad de entender o comprender.
    2. f. Capacidad de resolver problemas.
    3. f. Conocimiento, comprensión, acto de entender.
    4. f. Sentido en que se puede tomar una proposición, un dicho o una expresión.

En el caso particular de la inteligencia artificial nos la define como:

  1. Inteligencia Artificial
    1. f. Inform. Disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico.

Puede ser difícil encontrar el matiz entre la definición del término inteligencia e inteligencia artificial. Pero esencialmente en el primero presupone al agente (humano por ahora) la capacidad de entender el contexto y tomar decisiones, en la segunda se da por hecho que la inteligencia consiste en emular las operaciones que hace un humano, bien sean lógicas u operativas.

Esta distinción es fundamental para descubrir la cruda realidad, en realidad la gran mayoría de las denominadas soluciones, servicios o aplicaciones que aplican inteligencia artificial en realidad lo que usan es el aprendizaje automático (en inglés machine learning). Lo que no es malo por sí mismo pero sí un poco menos glamuroso.

El machine learning

El objeto del machine learning es crear programas o aplicaciones de forma automática en base a ejemplos. Para que se entienda mejor, si queremos hacer un programa de nóminas en lugar de que un humano piense cómo hacer un programa que para calcular los impuestos de una nómina, lo que hacemos es recopilar cientos o miles de nóminas para que otro programa sea capaz de escribir una serie de reglas y fórmulas capaces de calcular los impuestos de una nueva nómina.

Espero no haber destrozado la ilusión de quien me está leyendo, pero la verdad es que aún no estamos en el punto en el que los robots tomen conciencia de su propia existencia. Sin embargo sí que es cierto que a través de la aplicación de sistema que automaticen procesos como la programación se está cambiando el modelo productivo y la propia experiencia al cliente. De hecho no podemos entender la transformación digital, o mejor dicho la evolución digital, de las empresas sin el uso de la supuesta inteligencia artificial.

Llegados a este punto, ¿es el término al que nos referimos lo más importante?. La capacidad de analizar cualquier situación por la que pasa nuestro cliente, reaccionar ante sus necesidades en los distintos canales, detectar sus potenciales necesidades futuras y poder reaccionar en tiempo real están marcando un nuevo camino para aquellas compañías que quieran competir en la excelencia de servicio. Camino que sólo se puede recorrer junto a la inteligencia artificial, aprendizaje automático o como queramos llamarlo.

Autor: David Rey, Chief Data Officer en Idealista y Director del Master in Data Science & Big Data Analytics

Fuentes: BBC y RAE

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