Actualmente vemos cómo numerosos sectores profesionales se están adaptando a la transformación digital presenciando, a través de formaciones en diversas tecnologías disruptivas, cuál es el camino que tienen que tomar y las recomendaciones que tienen que tener en cuenta para seguir el ritmo de la innovación tecnológica.
Pero, ¿qué pasaría si algún sector tuviera que adaptarse sin contar con estas sugerencias y sin conocer el impacto que tendría la revolución digital en nuestras vidas?
Para dar respuesta a esta pregunta, podemos utilizar de ejemplo los cambios que ha ido teniendo en los últimos años la industria musical, y por tanto, su estrategia de negocio. Su análisis nos hace detenernos en 3 grandes revoluciones: la llegada de internet, y con ello el consumo de música ilegal, el nacimiento de iTunes, como alternativa a la piratería, y el consumo a través del streaming, en canales gratuitos.
En pocos años hemos presenciado diferentes dispositivos para escuchar música. No hay que ser mayor para conocer el paso del vinilo al casete y del casete al CD. Pero no son estos cambios los que suponen la gran revolución en el sector musical, la primera gran metamorfosis de esta industria llega con el nacimiento de internet.
El consumo de música a través de plataformas digitales ha cambiado por completo el negocio, pero hasta llegar a las tendencias actuales hemos ido explorando diferentes revoluciones y formatos, como la llegada de internet a las casas y el mp3.
Una nueva forma de consumir música
Hasta finales de los 90, donde comienza a decaer la venta de CD’s, las discográficas invertían miles de millones de euros en estos dispositivos, mientras se abría hueco una nueva forma de consumir música, la descarga de canciones a través de Napster.
Napster nace en 1999 para revolucionar el mercado, los consumidores se dan cuenta que de una forma muy sencilla, a través de descargas ilegales en una página web, podían obtener canciones de manera gratuita. Y aunque finalmente fue cerrada, en consecuencia de numerosas denuncias, fue la primera plataforma que influyó al nacimiento de otros sistemas de intercambio de archivos como Emule, Audiogalaxy, Ares, Morpheus, Gnutella, Kazaa, LimeWire o eDonkey2000.
No solo se experimentaban cambios a la hora de obtener música, ya que pasamos, en muy poco tiempo, de llevar discman para escuchar canciones por la calle a dispositivos mucho más efectivos y pequeños como el mp3. Los cambios en la industria musical se aceleraban y por tanto la manera de trabajar en las discográficas también.
En nacimiento de iTunes
La crisis de ventas de discos, debido al aumento de la piratería a través de las descargas ilegales, llevó a otra de las revoluciones dentro de la industria, el nacimiento de iTunes, con el que Steve Jobs propone consumir música a través de la descarga legal de canciones y no con la venta de discos físicos como tradicionalmente se había establecido. Apple construye así una plataforma común para diferentes compañías, que intentan huir de la piratería, dada la variación en el modelo de negocio.
Música en streaming
Sin embargo, el gran cambio de este modelo no llega hasta el nacimiento del sistema que utilizamos actualmente, el streaming. ¿Quién no ha oído hablar de Spotify?. Sin duda la plataforma de streaming más popular de la industria musical que, aunque nace en 2006, llega a España en 2008 con una gran aceptación y alterando todos los esquemas establecidos, a nivel global, en producción, promoción, consumo y negocio musical. El streaming había llegado para quedarse.
El oyente con más capacidad de decisión
Si hablamos de la actitud de los oyentes, los consumidores de música, vemos como han pasado de escuchar lo que imponen las radios, canales de televisión o tiendas de música a elegir de manera libre lo que se quiere escuchar en el momento que se quiera. Algo muy interesante ya que el oyente tiene capacidad de decisión y por tanto elige cuál es la tendencia musical en cada momento.
Que Spotify coloque una canción en una playlist determinada no es casualidad. La plataforma sabe recoger gracias al data la opinión de lo que quieren escuchar sus seguidores, y a veces esto significa el motivo de éxito de una canción.
Actualmente el éxito no se mide en vender millones de copias si no en el número de descargas que tengan las canciones, o las visualizaciones que tenga un videoclip. Las discográficas no deciden qué vender si no que adaptan el producto a través de la opinión del público.
Producción
Esto nos lleva a valorar el cambio que ha tenido también la creación de la canciones. Desgraciadamente o no, la novedad y la inmediatez son pilares básicos a la hora de producir música y mantener el legado de un artista. Las canciones tienen fecha de caducidad rápida, el público demanda cada vez más contenido a los artistas, y si no responden, están dejando la puerta abierta a otros cantantes.
Cada vez es más raro dar con artistas que se toman un tiempo alejados de la música sin ofrecer nada a sus seguidores, ya que lo ideal es ir sacando singles que mantengan al público “despierto” mientras esperan material nuevo, cuya duración se está reduciendo.
Según las listas de éxitos de Billaboard las canciones que se cuelan son cada vez más cortas, multiplicándose aquellas que duran menos de 3 minutos. Si lo que importa en la industria es el número de escuchas de los singles, la duración de estos no es un factor determinante.
Promoción
Todo esto está muy relacionado con la conexión que existe entre los artistas y sus seguidores actualmente. La era digital nos ha ofrecido canales directos donde los músicos y cantantes pueden recoger la opinión de sus seguidores y estar en contacto permanente con ellos.
Las redes sociales también se han convertido en una vía para crear contenido a través del gusto de la audiencia, además de servir de plataforma de promoción como alternativa a los medios de comunicación tradicionales que en un principio rechazaron a algunos artistas al intentar promocionar singles que no tenían una versión física en CD.
Negocio
La relación digital entre músicos y fans es tal que incluso se está creando startups basadas en blockchain para que los usuarios puedan pagar a los artistas por el contenido, generalmente en criptomonedas, evitando así intermediarios.
Alguno de los ejemplos de estas plataformas son, PowerTracks , con la que podemos escuchar música sin publicidad, sin suscripción y realizando un pago directo al artista, o un caso español, Unison, que llega para ofrecer mayor transparencia en la gestión de derechos de autor, exponiendo cuándo y dónde se usa los temas musicales y los ingresos que generan.
Los factores clave de la transformación digital del sector musical
Como vemos la industria musical ha vivido diferentes revoluciones hasta llegar a su nuevo modelo de negocio,un factor clave en su transformación digital, aunque no el único.
Para que exista esta disrupción en algún sector debe haber ruptura en 4 factores claves: el modelo de negocio (cambios en la monetización, estructura de costes, ingresos potenciales y variables competitivas), la cadena de valor (nuevos agentes involucrados, nuevos roles, desaparición de agentes tradicionales), el comportamiento del cliente (el uso, las necesidades, el mercado potencial, y el valor percibido del producto) y la redistribución de beneficios (captura de márgenes, relaciones entre agentes y flujos de beneficios).
De nada sirve la lucha contra la alteración de estos componentes y el nacimiento de nuevos sistemas, lo importante es la adaptación a las nuevas demandas, escuchando a la audiencia, descubriendo las tendencias y aplicándolas en el modelo de negocio que, en la actualidad, es propenso a sufrir numerosas modificaciones.
¿Estás aún pensando cómo hacer frente a las tendencias actuales de tu sector? Puedes informarte de cómo podemos ayudarte a cambiar el mindset de tu compañía desde nuestro área de Scale.
Autor: Alberto Salgado, Events Coordinator en The Valley