Tal y como está el mercado en la actualidad, es importante asegurarse de que un producto cumplirá con todas las expectativas que se tienen puestas en él mucho antes de su lanzamiento. Aquí es donde entra en juego el Producto Mínimo Viable (MVP), una excelente estrategia que permite presentar un proyecto de negocio sin que ello incluye grandes gastos ni riesgos.
Las características de un Producto Mínimo Viable permiten a los emprendedores validar sus ideas y recolectar un feedback valioso por parte de los futuros usuarios, lo que permite allanar de forma considerable el camino hacia el éxito.
¿Qué es un Producto Mínimo Viable (MVP)?
El Producto Mínimo Viable es una versión muy básica de un producto, lo que quiere decir que incluye las funcionalidades esenciales necesarias para satisfacer a los primeros usuarios y poder recolectar una retroalimentación que permita implementar mejoras.
Esta metodología, como verán nuestros alumnos del Master en Digital Product Management, se utiliza para probar una idea de negocio en el mercado y obtener datos reales sobre cuál será su grado de aceptación.
Estos son algunos de los detalles que hacen fundamental la creación de un MVP:
- Permite mejorar el producto basándose para ello en el feedback real de los usuarios que han podido analizarlo e incluso poner a prueba un prototipo.
- Ayuda a determinar si existe un mercado dispuesto a pagar por el producto.
- Reduce notablemente la inversión inicial al centrarse únicamente en las características esenciales.
- Facilita el desembarco del producto final al fomentar la creación de una comunidad de usuarios interesados en él, conocidos como early adopters, que a su vez pueden convertirse en evangelizadores del producto.
En cuanto a los tipos de MVP, existen dos que pueden ser muy útiles en función de en qué fase se encuentre cada proyecto:
- MVP de baja fidelidad, cuyos prototipos son más simples y económicos, perfectos para pruebas iniciales rápidas y ágiles.
- MVP de alta fidelidad, mucho más cercanos al producto final, aunque precisamente por ello requieren de mayor inversión.
Crear un MVP, por tanto, es útil no solo para visualizar cómo será el producto final, sino también para que los pasos a seguir sean más firmes y sea posible realizar un lanzamiento sólido desde una posición ventajosa para cualquier tipo de empresa.
Cómo crear un Producto Mínimo Viable paso a paso
A día de hoy no es suficiente con tener una buena idea, ¡es imprescindible reforzarla con hechos y estudios que garanticen su viabilidad! Tanto para las empresas que empiezan como para aquellas ya consolidadas, evitar un posible patinazo es el único camino para lograr un crecimiento exponencial sostenible.
Por eso es necesario conocer las características de un Producto Mínimo Viable y saber cómo crearlo, ¡es la mejor manera de minimizar riesgos y alcanzar el éxito!
Localizar necesidades en el mercado
El primer paso para crear un MVP es identificar las necesidades del mercado. Esto implica realizar una investigación exhaustiva que permita comprender los problemas y deseos de los consumidores.
Además, analizar la competencia y las tendencias del mercado también ayuda a descubrir oportunidades no explotadas, así como a determinar si existe una demanda real para el producto que se desea lanzar.
Identificar la audiencia perfecta
El siguiente paso es definir claramente el público objetivo al que irá dirigido el producto, para lo que es indispensable segmentar a los posibles clientes en función de aspectos como sus características demográficas, sus comportamientos y sus preferencias.
¡Cuanto más se entienda a la audiencia, más fácil será diseñar un producto que realmente responda a sus expectativas y necesidades!
Crear el MVP
Con la información recopilada durante los estudios previos, es posible proceder a desarrollar el MVP, que no es otra cosa que un prototipo, una versión simplificada del producto final con las funcionalidades esenciales que permitan evaluar su aceptación en el mercado.
Es importante que el diseño del MVP sea acertado, fácil de usar y que ofrezca un valor claro a los usuarios desde el principio.
Probar la reacción del público
Lanzar el MVP al mercado es el siguiente paso lógico, teniendo en cuenta que su principal objetivo es obtener un feedback real de los usuarios. Para ello, es muy útil realizar encuestas, entrevistas y análisis de uso que permitan recoger opiniones y datos sobre la funcionalidad y el atractivo del producto.
Analizar resultados
Por último, es primordial analizar los resultados obtenidos de las pruebas del MVP. Esto implica evaluar toda la información recolectada para determinar si el producto cumple con las expectativas del mercado, así como si hay áreas que necesitan mejoras.
La clave está en gestionar dicha retroalimentación para realizar ajustes con los que poder mejorar el producto de cara a su desarrollo final y su posterior lanzamiento. Basándose en estos análisis, será posible tomar decisiones más acertadas sobre las siguientes fases de desarrollo.
Para crear un MVP que sea realmente útil y eficaz es necesario investigar, planificar y adaptarse de forma constante, ¡pero hacerlo puede ser tan determinante para el éxito de cualquier iniciativa que la inversión y el esfuerzo bien merecen la pena!