El debate político y la opinión pública se han trasladado a las redes sociales desde hace unos años. La forma de comunicarnos ha cambiado y eso implica que a través de estas herramientas tengamos la posibilidad de llegar a un público más amplio e incluso desconocido. Y de forma gratuita. O eso creemos hasta que vemos que lo pagamos a través de nuestros datos y comportamientos.
Desde el otro lado, los partidos políticos y sus líderes ya cuentan con una imagen de marca y una estrategia trabajada. Pocos lanzan mensajes en redes sociales sin una previa aprobación de sus asesores (aunque sí podemos ver de vez en cuando algún tweet impulsivo con consecuencias).
Esto ha hecho que Twitter, Facebook o Instagram sean plataformas a través de las cuales los políticos interactúan con los usuarios y viceversa pero… ¿qué estrategias de comunicación y marketing político se están llevando a cabo? ¿Toda la información que nos llega es real? ¿Cómo son sus herramientas persuasivas?
Hoy centramos este post en las estrategias de marketing en redes sociales en el ámbito de la política. No todos los canales tienen el mismo impacto y el mismo público por lo que en muchas ocasiones se pone más esfuerzo en uno u otro.
Vamos a conocer cuáles son algunas de las principales estrategias de marketing político que se están utilizando en época electoral:
Existe un comportamiento por parte de los usuarios en redes sociales y en Internet en general que no tiene que ver con las campañas de marketing políticas y que fomentamos de manera individual. Las redes sociales y sus algoritmos tienden a mostrarnos noticias y publicaciones similares a lo que solemos leer y con lo que solemos interactuar, por ello, acabamos viviendo en una “burbuja informativa”.
Nuestra opinión acaba basándose en lo que nos muestran las redes y si sumamos que normalmente nos gusta apoyar nuestros juicios leyendo o viendo programas que dicen lo que pensamos… estamos ante una gran polarización de información.
¿En alguna ocasión has escuchado el término “echo chamber”? Se trata de una situación en la que la información, ideas o creencias son amplificadas por transmisión y repetición en un sistema cerrado. En este sistema las visiones que son diferentes acaban siendo censuradas o menos representadas. Esto ocurre en las redes sociales y lo vivimos casi sin darnos cuenta.
Para que puedas entender mejor el término te ponemos un ejemplo claro y actual: el Brexit. Existen teorías de que el Brexit ganó de forma positiva gracias a las redes sociales y a cierta polarización informativa. Incluso esta visión está plasmada ya en la película: “Brexit, the uncivil war”. Las redes sociales y el big data son poderosas herramientas de difusión de un mensaje.
Uno de los temas más preocupantes en la era digital están siendo sin duda las famosas fake news y el daño que hacen a la transparencia informativa. Bulos que se difunden (o en este caso se retwittean) y que acaban llegando a miles de personas. Se estima que las noticias falsas en torno a las próximas elecciones del día 28 se están viralizando tres veces más rápido que el resto de informaciones falsas. Incluso está comprobado que muchos usuarios comparten imágenes o titulares sin entrar a leer la noticia. Un grupo de diputados del Parlamento británico ha elaborado el informe “Digital, Culture, Media and Sport Comittee” sobre fake news y sus consecuencias donde el gigante Facebook tiene mucho que ver ya que se le solicitan medidas para luchar contra las noticias falsas en redes como la suya.
Otro interesante estudio realizado en 2017 dio como resultado que el 86% de la población española se cree las fake news. ¿Estamos ante un grave problema de desinformación?
Otra de las preocupaciones están siendo los bots que circulan en este tipo de redes sociales. Perfiles falsos que difunden bulos o que simplemente se crean para simular mucho más apoyo a un partido político. Es muy sencillo comprar seguidores falsos o cuentas que realicen las tareas que les indicamos. Cada vez es más fácil detectar este tipo de acciones para quienes trabajamos en el sector pero una amplia mayoría de la sociedad ni se lo imagina.
Este término curioso lo descubrimos hace unos días y no podíamos cerrar el post sin hablar de ello. Se trata de personas reales que están detrás de un perfil en redes sociales pero que tienen ciertos comportamientos de bot. En este caso, son perfiles políticos que llegan a twittear hasta 300 veces por hora por lo que parece que están automatizados pero realmente lo que están es muy implicados en la causa. El País es quien ha realizado este experimento que te recomendamos también leer si te interesa el tema.
Lucía Palma, Marketing Expert en The Valley
El próximo martes 7 de mayo hablaremos de esta y otras tendencias en torno a las redes sociales, los algoritmos y la democracia. Tras la presentación del informe daremos paso a un debate con expertos en política para llevar el debate a la parte más social y tecnológica. ¡No te lo pierdas!
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