14 millones de webs en el mundo utilizan Google Analytics como herramienta de medición, según SimilarTech. El análisis cuantitativo del comportamiento del usuario en nuestro activo digital es muy útil para entender el “qué”: cuántos usuarios entran, de qué fuentes de tráfico vienen, cuáles son las secciones que más consultan, qué productos son los más vendidos… Pero Google Analytics no nos informa sobre el “por qué”.
Entender ese “por qué” es clave a la hora de optimizar un negocio digital, pues nos ayuda a identificar “agujeros” o oportunidades de mejora y a definir hipótesis que cubran esas oportunidades. Las herramientas de analítica cualitativa nos acercan a ese por qué y nos ayudan a complementar los datos cuantitativos de herramientas como Google Analytics.
Una de esas técnicas cualitativas son los heatmaps o mapas de calor, que son representaciones de las zonas con mayor interacción dentro de nuestra página web. Los mapas de calor utilizan una escala de colores fríos y cálidos para ayudarnos a entender qué elementos de nuestra web están generando mayor interés en los usuarios (zonas cálidas) y qué elementos pasan desapercibidos (zonas frías).
Como todo, se entiende mejor con un ejemplo. Vamos allá:
La imagen de arriba es un mapa de calor de una ficha de producto de la web de Pompeii, pure player de calzado online. Parece claro que las fotos o miniaturas del producto están recibiendo bastante interacción por parte de los usuarios. Sin profundizar en el análisis con otras fuentes de datos, podríamos formular varias hipótesis con esta información:
Como ves, capturar la interacción de los usuarios con nuestra web es una vía fácil para detectar oportunidades de mejora de la conversión.
Además de para entender el “por qué” del “qué”, los mapas de calor pueden ayudarnos a:
¿Has implementado Google Analytics en tu web? Si lo has hecho, recordarás que tener una implementación básica de la herramienta es tan sencillo como copiar y pegar un “trocito” de código en la cabecera de todas las páginas de nuestra web.
Montar un mapa de calor de una página de nuestra web es igual de fácil. Basta con elegir la herramienta que encaja más con nuestras necesidades y meter el código en nuestra web. Si tenemos un tag manager o gestor de etiquetas podremos hacerlo nosotros mismos. Si no lo tenemos, solo tenemos que enviarle al equipo técnico el código a implementar que nos da la propia herramienta y en cuestión de minutos estaremos recogiendo interacciones de usuario.
Existen muchas herramientas para hacer mapas de calor. Yo tengo dos favoritas:
Por supuesto que existen otras: Inspectlet, Lucky Orange, Clicktale… Pero las que más me gustan son Hotjar y Crazy Egg.
La clave de todo proceso de optimización está en la combinación de las fuentes de información para detectar oportunidades de mejora. Los mapas de calor por sí solos nos dan insights relevantes. Pero estos insights cogen mayor relevancia si cruzamos los resultados del heatmap con datos de Google Analytics, con grabaciones de sesión o con respuestas de los usuarios a una encuesta online.
Javier Arenillas, de The Cocktail
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