En The Valley hemos tenido la suerte de entrevistar a Ignacio Villoch, que cuenta con una gran trayectoria tanto académica como profesional. Actualmente trabaja como Open Innovator Senior Ecosystem Builder en BBVA, una de las entidades bancarias con mayor trayectoria en España, México, América del Sur, Estados Unidos y Turquía.
¿Qué es la innovación para ti?
Innovación es la implantación de novedad. No se basa sólo en la parte creativa y tecnológica, implica la creación de nuevos productos, servicios, procesos, herramientas, metodologías y disciplinas, siempre y cuando aporten valor.
Se podría decir que innovación es pasar del know how al cash flow, convertir las ideas en facturas.
¿Cómo define tu empresa la innovación?
Como he mencionado en la pregunta anterior, se trata de un proceso de generación de valor a través de nuevas herramientas, productos y servicios.
En BBVA utilizamos palancas de innovación para ser más eficientes, crecer, transformar la sociedad y diferenciarnos, liderando la evolución de la industria financiera.
¿Tiene que estar la tecnología siempre presente en la innovación?
No tiene por qué. Hay muchos ejemplos de innovación sin tecnología, y uso de tecnología sin innovación. Es cierto que estamos viviendo una revolución tecnológica sin precedentes y es una herramienta importante a tener en cuenta, pero no necesaria ni fundamental para innovar proporcionando valor.
¿Tiene tu organización un presupuesto para la innovación?
Sí, y lo lleva teniendo desde hace 12 años. Sin embargo, el recurso más importante no es el dinero, sino invertir tiempo, es necesario poner la innovación en la agenda, en el mindset de las personas.
¿En la situación y coyuntura actual, qué mata la creatividad y la innovación dentro de la organización?
La inercia derivada del corto plazo y la aversión al riesgo, ya que innovar supone salir fuera de la zona de confort y estar dispuestos a asumir resultados no esperados. Probablemente el mayor desafío es explotar los recursos de los que disponemos y explorar nuevas oportunidades.
Si nos centramos en obtener resultados predecibles, medibles, seguros y ciertos, es decir, basados en el cortoplacismo y estructuras jerárquicas rígidas, es muy difícil innovar.
Finalmente, es importante eliminar la idea de fracaso, asumir que una derrota ayuda a aprender y mejorar: “Try and learn, not try and error”
¿Cómo se anima o motiva a los empleados a ser creativos e innovadores?
He de matizar que una cosa es ser creativo y otra innovador, la creatividad no implica necesariamente innovación, no siempre van ligados. Cuando se trata de innovación no tienes que convencer, debes seducir, arriesgándote y eliminando la idea de fracaso.El recurso más importante a la hora de innovar no es el presupuesto, la tecnología o los espacios; son las personas. Es por ello que hay que generar un ambiente optimista en la organización, donde el trabajador se sienta motivado para aportar nuevas ideas. Es más asequible invertir en optimismo.
Por otro lado, hay que interiorizar el tópico “locus de control externo”, que implica que el empleado se sienta dueño de su propio destino y en cierto modo del de la organización.
¿En qué medida tu organización rompe barreras entre diferentes áreas funcionales para que se puedan intercambiar ideas?
En muchos sentidos. Todo aquello que incentive la diversidad en la organización, como empleados de distintos géneros, edades, orígenes geográficos o backgrounds es fundamental para poder co-crear iniciativas con valor.
Yo lo llamo “polinización cruzada”, es decir, la hibridación de mejores prácticas a través del uso de metodologías Scrum y Agile en el trabajo diario de nuestros equipos. La mejor idea del mundo metida en el cajón no sirve para nada, y una idea mediocre compartida, crece.
¿Cuentas con KPI´S para la innovación y su impacto en el rendimiento futuro?
Sí, no se puede gestionar lo que no se mide, y más aún en una industria donde lo que no son cuentas, son cuentos. Cada proyecto y/o prototipo nace con sus KPI´S, algunas cualitativas y otras cuantitativas, dependiendo de su naturaleza.
Hay que diferenciar claramente el poner pasión, de aferrarse a una idea sin futuro.
¿Qué papel ocupa el cliente/usuario al plantear los proyectos de innovación?
Vivimos en una organización customer centric desde el principio. Pienso que la innovación parte de entender muy bien al cliente y ser capaz de detectar y satisfacer sus necesidades incluso antes de que las conozcan a través de iniciativas que rozan neurociencia.
Por otro lado, tenemos implementadas metodologías de diseño de personas «Design Thinking»en el desarrollo de todos nuestros productos, ya que no tiene sentido la «innovación ilustrada»: todo para el cliente pero sin el cliente. Es necesario escucharles en todos los canales, tanto online como offline.
¿Qué valor crees que el cliente/usuario percibe las iniciativas innovadoras?
Es una realidad que la innovación hace la vida más sencilla. Antes, los usuarios sentían cierta confusión respecto a la tecnología, pero ahora es tan fluida que llega a todos los públicos, y el recelo hacia este tipo de iniciativas desaparece cuando el valor es percibido.
Hoy nos acomodamos tan rápidamente que las damos por hecho, es más, estamos tan acostumbrados a vivir en el mundo free/freemium que no entendemos por qué no se aplica a todos los ámbitos de nuestra vida.