David Hurtado, Innovation Lead en Microsoft, nos presenta el siguiente gran salto en la evolución de la inteligencia artificial: el paso definitivo de asistentes reactivos a agentes verdaderamente proactivos y autónomos, capaces de interactuar con el mundo de forma inteligente, contextual y continua. En este nuevo escenario, los agentes de IA dejan de ser meros asistentes que responden a órdenes para convertirse en colaboradores estratégicos que comprenden metas, priorizan acciones y toman decisiones informadas para alcanzarlas, incluso anticipándose a las necesidades humanas.
Esta transformación no es solo tecnológica, sino cultural. Estamos entrando en una etapa donde la colaboración humano-IA redefine el concepto mismo de productividad. Copilot ya no es una herramienta, sino parte integral de los equipos de trabajo: redacta, analiza, propone y aprende. Libera tiempo, sí, pero también amplifica nuestras capacidades creativas y estratégicas.
Mientras los flujos de trabajo se automatizan y la ingeniería de prompts se consolida como una competencia clave del nuevo profesional digital, el foco se traslada a lo que solo los humanos pueden hacer: imaginar, innovar y liderar con propósito.
El futuro de Copilot ya está aquí. Y en él, trabajamos con la inteligencia artificial, no solo a través de ella.
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