Cada vez más, las startups generan empleo, hay que ser consciente de las características de estas compañías para saber qué tipo de talento buscan. El cambio es una constante en este tipo de empresa que sobreviven adaptándose a un entorno variable e incierto, dónde el crecimiento es rápido y la innovación y las nuevas oportunidades de negocio son sus particularidades.
En las startups, los procesos internos se renuevan y el modelo de negocio pivota. En este contexto, una buena selección del equipo de trabajo es fundamental. Una persona es talentosa para una organización cuando con su compromiso y dedicación pone de manifiesto sus competencias.
Una competencia es aquella cualidad, habilidad o manera de ser de una persona que es visiblemente identificable y que será fundamental para el éxito de la organización. Las competencias pueden ser habilidades personales, habilidades de energía y empuje, habilidades estratégicas y habilidades operativas.
Dentro de esta clasificación, considero como fundamentales para una correcta integración en el equipo de trabajo en una startup, 16 competencias fundamentales, que se identifican así:
Se puede entablar fácilmente una conversación, hace todo lo posible para que los demás se sientan cómodos. Es una persona agradable y divertida. Empatiza. Sabe escuchar, es perspicaz consiguiendo información para adelantarse a las situaciones. Es paciente y crea ambientes armoniosos con facilidad. No evita obligaciones negativas o desagradables.
Crea el clima que incentiva a los demás a hacer su trabajo del mejor modo posible. Determina qué motiva a cada persona, facilita tareas y toma decisiones, genera pertenencia de grupo. Es imparcial.
Se da cuenta rápidamente de cuándo debe cambiar su conducta personal. Observa a los demás para conocer su reacción frente a su proceder y se adapta a ellos. Busca información y cambia según los requisitos impuestos. No es arrogante y no se pone a la defensiva.
Flexible y adaptable en situaciones difíciles, sabe combinar actitudes aparentemente opuestas, sabe establecer normas duras pero flexibles.
Tiene alta resistencia al estrés y alto nivel de energía, no procrastina. Es capaz de pensar a largo plazo. Es sociable pero independiente para ser efectivo. Toma la iniciativa y no necesita toda la información para tomar decisiones. Manifiesta autoconfianza y tiene un evidente equilibrio entre orientación a resultados y a cliente.
Todo lo lleva a cabo con energía, empuje y deseo de terminar su cometido. Sabe establecer prioridades y rara vez deja un trabajo sin finalizar.
Le gusta trabajar intensamente, enfrenta los desafíos con mucha energía, el tomar acción es importante y no teme actuar con poca planificación. Sabe aprovechar las oportunidades que se le presentan mejor que otros.
Sabe cómo funcionan los negocios, conoce las políticas, metodologías, tendencias y tecnologías presentes y futuras. Sabe de la información que afecta a la organización, de la competencia y cómo funcionan las estrategias y tácticas de mercado. No descuida sus habilidades de liderazgo.
Se le ocurren muchas ideas nuevas y originales. Puede relacionar conceptos aparentemente inconexos. No se siente más seguro en situaciones ambiguas, no es conservador, apoya las soluciones creativas de los demás.
Sabe poner en práctica las ideas creativas de los demás, maneja los procesos creativos. Sabe determinar cómo las propuestas pueden afectar al mercado.
Capaz de enfrentarse a los cambios de forma eficaz, puede adaptarse sin problemas, puede tomar decisiones y actuar sin contar con toda la información. No se altera ante situaciones poco concretas. Controla situaciones de riesgo y de incertidumbre. No necesita concluir una tarea para seguir adelante.
Aprende rápidamente ante situaciones nuevas, es versátil. Analiza los aspectos clave del fracaso para encontrar áreas de mejora, esta dispuesto a utilizar soluciones innovadoras.
Comparte la responsabilidad de tomar decisiones y de afrontar las consecuencias, tanto en tareas y importantes como de rutina. Confía en la capacidad de los demás y aporta instrucciones si es necesario. Comunica el objetivo global y concede autoridad a los demás.
Detecta los asuntos cruciales y ocupa su tiempo y el de los demás en lo que es realmente importante. Intuye qué puede salir mal, elimina obstáculos.
Puede dirigir recursos (personas, ayuda, material) para realizar el trabajo de manera eficaz. Es tolerante.
Manifiesta capacidad para integrarse en entornos desconocidos, aprender de las situaciones y de otras personas. Es receptivo a nuevo enfoques, propone mejoras. Describe situaciones en las que ha actuado como motor de cambio y otras en las que ha facilitado el cambio dentro de un equipo de trabajo.
No espera órdenes para actuar, se muestra proactivo y se anticipa a situaciones. Es un generador de oportunidades. Sabe reaccionar ante situaciones de crisis y si la situación lo requiere excede sus propias responsabilidades para encontrar la solución.
Entonces, ¿estás preparado para trabajar en una startup?
Autora: María Gómez-Centurión, Program Coordinator en The Valley
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